La adafina es un plato con una rica historia que se entrelaza con la tradición y cultura de los judíos sefardíes. Este cocido de garbanzos y carne, que se prepara lentamente, es más que una simple comida: es un símbolo de identidad y resistencia cultural que ha trascendido fronteras y épocas, transformándose y adaptándose a nuevas gastronomías. Explorando su origen y las variantes que ha inspirado, nos adentramos en un viaje culinario que entrelaza la historia, la fe y el sabor.
¿Qué es la adafina y cuál es su historia?
La adafina es un plato tradicional judío cuyos orígenes se remontan a la España medieval. Este guiso, típico de la comunidad sefardí, se preparaba para consumir durante el Shabat, el día de descanso judío en el que está prohibido cocinar. Por lo tanto, la adafina se cocía lentamente durante toda la noche del viernes para poder ser disfrutada el sábado al mediodía.
Se trata de un cocido de garbanzos y carne, habitualmente de cordero, que se aromatiza con especias como la canela y el clavo. Su método de cocción a fuego lento y su presentación en ollas de barro reflejan la sabiduría de una cocina cuidadosa y respetuosa con los tiempos de preparación.
La historia de la adafina está documentada desde el siglo XV, y su presencia es un testimonio directo de la influencia de la cultura culinaria sefardí. Tras la expulsión de los judíos de España en 1492, la adafina viajó con ellos a otras regiones, especialmente al norte de África, donde se integró con las gastronomías locales.
¿Cómo se prepara la adafina tradicional?
Preparar una auténtica adafina es un acto de amor y paciencia. Se comienza seleccionando ingredientes de calidad, todos kosher, y se colocan en la olla de barro por capas: primero los garbanzos, seguidos de las verduras y finalmente la carne. Se agregan las especias y se cubre con agua antes de llevar la olla al fuego.
La cocción debe ser lenta y prolongada, comenzando el viernes antes del anochecer para respetar las restricciones del Shabat. Durante la noche, los sabores se funden y la carne se ablanda, resultando en un plato reconfortante y lleno de sabor.
Existen variaciones en la receta tradicional según las regiones y las familias. Algunos incorporan huevos, otros arroz o trigo, y hay quienes prefieren la ternera o el pollo en lugar del cordero. Sin embargo, lo esencial se mantiene: la adafina debe estar lista para el almuerzo del sábado sin necesidad de cocinar en el Shabat.
¿Cuáles son las principales variantes de la adafina?
Como plato con una larga trayectoria histórica, la adafina ha dado lugar a numerosas variantes. En cada región donde se asentaron los judíos sefardíes, la receta se adaptó a los ingredientes locales y a los gustos personales, dando origen a diversas versiones de este cocido.
- En Marruecos, se le conoce como ‘Dafina’ y suele incluir arroz o trigo.
- En Argelia, la ‘Sh’chita’ es la variante local, con una cocción aún más lenta y sabores intensificados.
- En la Península Ibérica, la adafina inspiró el cocido madrileño, que incorpora ingredientes no kosher tras la expulsión de los judíos.
Estas variantes no solo muestran la capacidad de adaptación de la comunidad judía, sino también el intercambio cultural que caracteriza la historia de la gastronomía mediterránea.
¿De dónde proviene el nombre «adafina»?
El término ‘adafina’ tiene sus raíces en el árabe «dafīnah», que significa «tesoro escondido». Este nombre evocador hace referencia a la forma en que la adafina se cocinaba tradicionalmente, escondida y al calor residual para ser descubierta y disfrutada en el Shabat. Se trata de una metáfora culinaria que alude al preciado sabor que se obtiene tras horas de cocción lenta y cuidadosa.
¿Quiénes fueron los creadores de la adafina?
Los creadores de la adafina fueron los judíos sefardíes que habitaban en la Península Ibérica. Su ingenio y necesidad de adaptarse a las restricciones del Shabat dieron origen a este plato, que ha perdurado a lo largo de los siglos. La adafina refleja una combinación única de fe, tradición y gastronomía en la historia judía.
¿Cuál es la influencia de la adafina en otras gastronomías?
La adafina ha dejado su huella en la cocina mediterránea y especialmente en la española. Su influencia se extiende desde los cocidos regionales, como el cocido madrileño y el cocido castellano, hasta platos como la olla podrida. A través de estos guisos, se puede apreciar la integración cultural y la herencia de la cocina sefardí en la gastronomía contemporánea.

Preguntas relacionadas sobre la adafina y su legado culinario
¿Dónde se originó el cocido?
El cocido, como concepto genérico de guiso de legumbres y carnes, tiene múltiples orígenes que varían según la región. En el caso de la adafina, su origen se sitúa en la tradición sefardí de la España medieval. Este plato es considerado uno de los antecesores de los actuales cocidos regionales de España.
La adafina y su preparación específica para el Shabat son un claro ejemplo de cómo una receta puede tener un origen geográfico y cultural muy definido, y a su vez influir en el desarrollo de otras variantes culinarias a lo largo del tiempo.
¿Qué es la adafina judía?
La adafina judía es un guiso tradicional que forma parte de la cocina sefardí, caracterizado por su cocción lenta y sus ingredientes kosher. Es un plato vinculado al Shabat, reflejando la observancia de las leyes judías que prohíben cocinar en el día de descanso.
Esta versión del cocido es un emblema de la identidad y la tradición judía, manteniéndose viva en las comunidades sefardíes de todo el mundo y sirviendo como un puente entre la historia y la gastronomía moderna.
¿Qué es el cocido español?
El cocido español es un conjunto de guisos regionales que tienen en común la combinación de legumbres, carnes y verduras. Aunque hay muchas versiones, como el cocido madrileño o el cocido montañés, todos comparten una herencia común que puede rastrearse hasta platos como la adafina.
Es un plato representativo de la gastronomía de España, evolucionando desde sus raíces judías y medievales hasta convertirse en un clásico de la cocina de cada región.
¿Cómo se come el cocido madrileño?
El cocido madrileño se suele servir en dos o tres vuelcos: primero se presenta el caldo, acompañado de fideos o arroz; luego vienen los garbanzos y las verduras, y por último las carnes y embutidos. Es un plato contundente y muy apreciado, especialmente durante los meses de invierno.
Cada parte del cocido se disfruta por separado, lo que permite saborear los diferentes componentes y texturas que lo conforman. Esta manera de servir el cocido se ha mantenido a lo largo del tiempo y es uno de los rasgos característicos de este plato en la cultura española.
A continuación, les presento un video que muestra cómo preparar una deliciosa adafina. Este plato, con su rica historia y tradición, trae consigo los sabores de la cocina sefardí y nos invita a explorar el legado culinario judío.
En resumen, la adafina es un testimonio gastronómico vivo de la historia sefardí y su influencia en la cultura culinaria. Su preparación y disfrute no solo alimentan el cuerpo, sino que también nutren el alma, manteniendo vivas las tradiciones y la historia de un pueblo a través de los siglos.
